Buscando entre las muchas acepciones del término (gracias a recursos digitales) no he terminado de estar satisfecho con el enfoque que tiene en mi actividad cotidiana. Quizá la más cercana haya sido (en la RAE):
5. f. Creación de la fantasía o imaginación, que no tiene realidad y se toma como verdadera.
Incluso diría que entre el resto percibo una carga peyorativa excesiva, bajo mi punto de vista, claro.
3. f. Punto de vista particular sobre un tema, un asunto, etc.
Esta acepción está en el mismo diccionario. Creo que, por defecto, un punto de vista siempre es particular, individual, subjetivo. Cuando es compartido, general, objetivo, estamos hablando de una visión. Pero no voy a entrar en divagaciones filosóficas o semánticas que no soy quién para ello.
En el mundo de la estrate
gia (bien vinculada a las organizaciones, en concreto, bien aplicado a juegos como el ajedrez como ejemplo más significativo) diría que es la capacidad de ver oportunidades. Imaginadas, sin duda, pero no imaginarias. La diferencia entre ambos adjetivos es importante para el caso. Y esa capacidad de imaginar otra realidad alcanzable, con todos los pasos necesarios para lograrlo, y las incertidumbres y riesgos, ventajas y consecuencias, está limitado a mentes concretas y que lo han ejercitado, como quién se va todos los días a correr unos kilómetros.
Esos visionarios suelen ser mal ponderados. De hecho, acabo de emplear otro término para el cual la mayoría de paisanos, por el propio recorrido vital individual, asocian con la primera acepción del propio RAE:
1. adj. Dicho de una persona: Que, por su fantasía exaltada, se figura y cree con facilidad cosas quiméricas. U. t. c. s.
raramente con la segunda:
2. adj. Que se adelanta a su tiempo o tiene visión de futuro. Apl. a pers., u. t. c. s.
Incluso me resulta excesivamente grandilocuente esta segunda. No es sólo a su tiempo (en el sentido de era, época) sino a su momento, a su instante, algo más inmediato, a hace un rato…
Hay que quitarle el miedo. Solemos confundir visionarios con soñadores, pero de los utópicos. Las nuevas generaciones, sin embargo, han empezado a recalibrar el concepto y van más alineados con esta visión del concepto, afortunadamente. La creatividad con que otros estados ganan en competitividad, por mencionar a los «demonios» de la actualidad, guarda una estrecha relación con tal
