Otra traslación, otro ciclo

Fungiendo de planeta alrededor de mi sol más cercano, finalizo otra translación, otro ciclo vital. Y de las lecciones aprendidas durante éste último, coliges que, de las interacciones con los astros y estrellas más cercanos y no tan próximos, la interdependencia de las fuerzas e influencias no han funcionado cómo pensabas. Con la lógica más natural que creías poseer, las conclusiones forjadas tajamente con anterioridad, están bajo la sospecha y la duda. Es necesario, cuando menos, una revisión de los principios que rigen tu existencia.

300px-Messier_81_HSTComo sucede con el resto, en mi universo la physica conocida supone apenas un puñado de gotas respecto al océano colosal sobre el que descansa. La distancia y la densidad a la que nos situamos cada uno de los fenómenos durante nuestras translaciones, durante nuestras revoluciones orbitales, ejerce una gravedad cotidiana en nuestra vida interior.

Es necesario observar y analizar las fulgencias que iluminan tus noches y el paso casi imperceptible, invisible, de cometas de trayectorias elípticas que no sabes si buscan el cruce o la unión permanente de los cuerpos en aras a compartir definitivamente una misma órbita.

Por otro lado, quizá este sobrevalorada la influencia que ejercen otros cuerpos astrales más cercanos, de tu mismo sistema solar, incluso, tu propio sol. Es necesario revisarlo, medirlo, sopesarlo…

Perteneces a él desde que naces, y mientras perdura la luz paternal y el calor maternal, a mayor o menor distancia, orbitas en derredor de él. Pero no siempre es así…

Hay que seguir viviendo y tomando notas en nuestra observación. Recalibrar nuestros sistemas y nuestros métodos de medición. Pero, sobre todo, cuidar, y no descuidar, de los nuevos satélites que van creciendo y adquiriendo la sabiduría y destreza necesarios para transformarse en fulgorosos planetas llenos de vida explorando y marcando, poco a poco, otra trayectoria orbital sobre la que trasladarse cíclicamente…

 

La impronta humana…

Es increible cómo, de una forma inocente, discreta, inopinada, hay personas que se acercan a tu vida, están cotidianamente a tu lado durante un ciclo o dos, conviviendo, compartiendo silenciosa e intensamente momentos y detalles aparentemente inanes e intranscedentes, y estableciendo sutilmente una cadencia vital, acompasada, suave, melódica, diaria…

Amaneces una mañana y, ¡de cuajo!, notas que ha dejado esa huella, esa impronta humana, tan hendida, tan profunda que necesitará mucha lluvia, viento y sol para desdibujarse… si realmente lo hace.

Cosas de ese juego intrincado en el que la mente, a veces, te involucra. Un arrítmico chirrido brota en tu cerebro para convertirlo en el recuerdo de una sencilla, breve y poderosa canción de  Simon & Garfunkel:Bookends

Time it was, and what a time it was, it was.
A time of innocence, a time of confidences.
Long ago, it must be, I have a photograph.
Preserve your memories, they’re all that’s left you.

(Bookends)

Para formar parte de un universo tan ilimitado, la finitud de algunos momentos se hace insoportable, tan humana: Mutas mutandi

Con todo, y como todos, ¡feliz día! 🙂

Lá Fhéile Pádraig

Irish clover
El Shamrock

Lá Fhéile Pádraig o el día de San Patricio, representa toda una larga tradición, omnipresente en gran parte del llamado mundo occidental.

Un día de delirio «verde«, de fiesta, de alegría. Una buena pausa, necesaria ante tanta contrariedad y noticia nefasta con que nos golpea últimamente cada día. Quizá por días como éste, que habrán transcurrido durante años y siglos llenos de optimismo y jolgorio, asociemos este color con la esperanza. Pero, sea o no, para mí es el día que mejor lo podría representar, y más ubicado en la antesala del inicio de la primavera según el calendario.

Pocos «no-irlandeses» (y puede que parte de ellos tampoco) conocemos realmente quién era ese personaje. Y no, no me siento en disposición de darlo a conocer. Pero sí es cierto que se le atribuye el hecho de haber «despejado» su preciosa isla de serpientes. A ver si consigue, desde hoy, lo mismo; pero fijándose en algunas de las serpientes especuladoras y medradoras que se dedican a comprimir nuestras carteras y nuestros bolsillos tan exangües y agónicos de por sí.

Desde hace algunos años, por mi parte, y sin explicación alguna que se me ocurra, me gusta celebrar a mi manera este día. Sí, ya, quizá pueda ser una consecuencia mediática… Pero también considero una consecuencia mediática y hago mías otras tradiciones en otros lugares, cercanos o no, que me resultan positivas, sencillamente entrañables. Según vayan llegando esos días, procuraré restañarlos en este blog.

Despues de tantas semanas silenciosas pasadas desde el inicio del blog, todo un otoño y todo un invierno, creo que ha sido una buena excusa este día para retomar mi ejercicio de redacción.

A quién quiera ¡Feliz día de San Patricio!

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